Aunque era un calzado de ensueño, la Cenicienta no largó la zapatilla de cristal por accidente, no. Los zapatitos diminutos no le daban suficiente libertad de movimiento, tal vez le apretaban y ella quizás agradeció que llegaran las 12 para poder salir corriendo a quitárselos porque no los soportaba.
Lo sentimos. No solo la estética importa a la hora de comprar y usar zapatos. El calzado realmente puede hacerte daño si el material con que está fabricado no es el adecuado, si la altura no es la correcta para equilibrar tu cuerpo o si ocasiona rozaduras que pueden convertirse en heridas en la piel.