Hay un principio de la lógica política surgida de las crisis argentinas que sostiene que el peronismo es el piloto de tormentas indiscutido. Que cuando el orden social y político se agita, la sociedad mira, angustiada y ansiosa de respuestas, hacia el rincón peronista del ring político. La cuestión es si ese principio funciona hoy con las características excepcionales que presenta este 2021 para la historia política y social argentina, una superposición única de eventos novedosos.
Por un lado, un escenario impensado, la pandemia del Covid-19 y los estragos extremos que produce en la vida social, económica y también política.