El cohete chino Long March 5B avanza sin control a una velocidad de 27.600 kilómetros por hora.
Será uno de los reingresos no controlados más grandes en la historia de las misiones espaciales.
Mientras se estima que ingresará a la atmósfera terrestre este fin de semana, aún se desconoce si sus restos se desintegrarán al hacerlo o si impactarán contra la Tierra, y en caso de que ocurra esto último, en qué punto del planeta sucederá.
Aunque no se descarta que pueda ser en una zona habitada, los expertos coinciden en que el riesgo de que alguien salga lastimado es "extremadamente improbable" y llaman a la calma.