La cadena láctea se encuentra otra vez en un laberinto con una salida poco clara. Mientras los tambos promedio tienen desde hace dos meses una rentabilidad negativa, la industria está atenazada por la política de precios máximos y cuidados que fija el Gobierno y por la presión impositiva, con los Derechos de Exportación (DEX) como punta de lanza.
"Cada año y medio tenemos una crisis de rentabilidad", dice Andrea Passerini, coordinadora de la Comisión de Lechería de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap).
Los números en rojo para los tambos se explican por las subas de los precios de los granos desde agosto hasta la actualidad.