Las náuseas matutinas, en su forma más extrema, pueden poner en peligro la vida. Un nuevo estudio, en el que se encuestó a más de 5.000 mujeres que padecían hiperémesis gravídica, reveló que el 4,9% de las mujeres interrumpió un embarazo deseado (mientras que más de la mitad lo consideró) y el 25,5% pensó en el suicidio.
Incluso sin un diagnóstico de hiperémesis gravídica, las náuseas y los vómitos del embarazo pueden ser debilitantes y deprimentes. Durante mis dos embarazos pasé meses sintiéndome muy mal, día y noche. Cualquier movimiento, incluso darse la vuelta en la cama, podía desencadenar una oleada de arcadas.