Una pequeña ciudad en el norte de Suecia está por producir el primer acero verde comercial de Europa.
En las afueras de Boden, una localidad a unos 900 km al norte de Estocolmo, excavadoras gigantes avanzan a través de capas de lodo, hielo y nieve para culminar una nueva planta de acero.
A las 9am, cuando el sol acaba de salir, la temperatura es de -8C y algunos de los trabajadores llevan tres o cuatro chaquetas y trabajan sobre asientos con calefacción en sus vehículos.
El acero generalmente se fabrica en un proceso que comienza con altos hornos que, alimentados con carbón metalúrgico y mineral de hierro, emiten grandes cantidades de dióxido de carbono y contribuyen al calentamiento global.