Las salas de cine están atravesando una situación límite debido a la pandemia del coronavirus y, paradójicamente, quiero hacer una invitación para que volvamos a ocupar las butacas porque, entre otros títulos, se ha estrenado un documental que relata sin rodeos la tragedia provocada por la COVID-19. El montaje en cuestión se titula 2020. Sí, igual que este mismo año que jamás olvidaremos porque ha puesto nuestras vidas patas arriba.
La propuesta dirigida por Hernán Zin puede resultar muy gráfica en algunas escenas (para mi gusto demasiado), pero la mirada realista de este cineasta es tremendamente efectiva para atraer a los espectadores y conseguir que nos grabemos a fuego (especialmente aquellos que se autodenominan negacionistas) que esta emergencia sanitaria no es un juego.