Mucho antes de que el Aston Villa se diera cuenta de que también podía atacar, el Chelsea dispuso de muchas ocasiones para sentenciar la contienda, pero ahí radica el problema: le faltan killers.
Joao Pedro lideró la delantera de Enzo Maresca, y marcó un gol algo fortuito después de que un brillante centro de Reece James desde un córner le golpeara en la espalda. Sin embargo, cuando ves jugar al Chelsea, ves cómo crean un montón de ocasiones, pero rara vez tienes esa sensación de anticipación en el estómago de que 'podrían marcar aquí'.